martes, 4 de agosto de 2015

Caminar en las nubes


Cuando uno descubre el amor y es correspondido, por la mujer por quien mantuviste tus sentimientos contenidos por mucho tiempo, se puede decir que es como caminar en las nubes.

Sientes que llega el amor y todo transcurre en el aire, no notas lo duro del suelo. Caminas como si nada existiese a tu derredor, más aun cuando llevas de la mano a la mujer más encantadora del mundo, ella hace que la levedad del ser te haga flotar como hoja que lleva el viento.

Algunos piensan que en las nubes habitan los ángeles, no sé si será verdad, pero estar junto a la mujer amada, te muestra que los ángeles pueden habitar también en la tierra.

Tomarla de la mano, ver su sonrisa resplandeciente e incluso escuchar que te pregunta “Qué?” cuando no puedes quitar tu mirada de ella, es sentir que un ángel te acompaña y no te importa nada más.
Las nubes siempre han sido misteriosas, toman formas que juegan con nuestra imaginación y muchas veces cambian su estado gaseoso en líquido que cae en forma de lluvia limpiándolo todo.

Caminar en las nubes te libera, te mantiene en un estado ideal, te quita de la mente los problemas, te enseña a apreciar las cosas sencillas de la vida.

Para algunos el amor es una enfermedad, para otros es un sufrir, para otros llega a ser el más agradable de los placeres, pero para quien en realidad lo descubre es la más maravillosa experiencia que no se puede explicar, solo se la puede sentir. Amar es una vorágine de sensaciones, todas al mismo tiempo, te sube y te baja del planeta a su antojo y tú te dejas llevar al ritmo que te toca.


Amar en realidad es eso inexplicable, que cada día te hace descubrir algo nuevo, basta que esa mujer especial llena de encanto te sonría e inmediatamente te transportas fuera del suelo, llegas a las nubes y no quieres que nunca nada te baje de nuevo a la tierra, porque no quieres dejar de caminar en las nubes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario