viernes, 14 de agosto de 2015

Dejarse llevar por el impulso

Hay ocasiones en las que uno se deja llevar por el impulso, no piensa sino que solo actúa de la manera más tonta que puede haber. Eso me pasó ayer, dejé que el impulso prevalezca sobre la sensatez, y cometí el más grande error de mi vida, ofendí a la mujer que quiero, nunca me había ocurrido, porque siempre he respetado a las mujeres, pero algo dentro de mí me cegó y no pensé por un momento.

No hay oportunidad de arrepentirse, en especial si ella luego de eso, decidió borrar de su vida todo lo que hubo, le doy la razón pero así mismo y sin ánimo de justificarme, hubieron motivos para mi enojo, obvio que no le grite, ni la golpee, le hice una mala seña desde la distancia llevado por la circunstancia.

El ser humano a veces actúa de la manera más idiota posible, no sé porqué se supone que somos civilizados y humanos, ya que muchas veces cometemos las mayores tonterías y recién reaccionamos cuando ya es tarde.

Ahora es tarde, la he perdido para siempre, aunque tal vez el para siempre sea relativo como lo dije en otro momento, pero la he perdido, y si ya estaba mal por el alejamiento ahora estoy totalmente vacío.


En la vida hay que aprender a luchar contra los impulsos, muchas veces nos rebajan como seres humanos y nos convierten en simples bestias salvajes.

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